Una persona, de buena fe, creo, me planteó lo siguiente: "prefiero esto (se refería al gobierno macrista) antes de que se choreen todo como antes". Consideré que era un planteo sensato, pero equivocado, estaba poniendo como opuestos cuestiones que no necesariamente debían serlo.
Respondí que yo preferia un gobierno inclusivo, que contuviera a todos los argentinos, y que también fuera honesto. Que todos los que hubiesen robado un alfiler vayan en cana, después de un juicio justo, pero que también quería -junto con lo anterior- un programa económico que cuidara de todos los habitantes de éste país, y no de unos pocos.
Me di cuenta que los términos de la primera invocación de mi interlocutora contenía contraposiciones de dos tensiones distintas, que se mezclaban, como si fuera una, pero eran dos:
Respondí que yo preferia un gobierno inclusivo, que contuviera a todos los argentinos, y que también fuera honesto. Que todos los que hubiesen robado un alfiler vayan en cana, después de un juicio justo, pero que también quería -junto con lo anterior- un programa económico que cuidara de todos los habitantes de éste país, y no de unos pocos.
Me di cuenta que los términos de la primera invocación de mi interlocutora contenía contraposiciones de dos tensiones distintas, que se mezclaban, como si fuera una, pero eran dos:
- la tensión honestidad vs deshonestidad
- la tensión gobierno inclusivo (populista, nacional y popular, peronista, etc) vs gobierno para pocos (neoliberal, de derechas, etc.)
Puede elegirse cualquiera de los opuestos del mismo par, pero no puede mezclarse el opuesto de un par con el del otro.
Mezclarlos es trampa, genera confusión. Hace que la gente deba elegir entre honestidad o neoliberalismo, cuando hay honestos neoliberales y deshonestos neoliberales, así como hay honestos populistas y deshonestos populistas.
Plantear que la honestidad es el opuesto del gobierno nacional y popular es confundir los términos de la discusión.
Tenés que elegir entre un gobierno para pocos que te caga de hambre o un gobierno de corruptos (que además la corrupción supuesta del gobierno k es definida por jueces que de honestos tienen poco)
Es un falso dilema.
Claro, el macrismo no puede discutir su programa económico neoliberal vs un programa económico inclusivo que funcione a partir de fortalecer el mercado interno. Porque si diera esa discusión, la pierde siempre. Las mayorías nunca apoyarían un proyecto económico que los deja afuera, en la miseria, por varias generaciones.
¿Entonces qué hace el macrismo y sus repetidores? Manipula los términos de la discusión, con ayuda del poder mediático y el poder judicial plantea un falso dilema. Nos dice, elijan este gobierno neoliberal para pocos, para no tener corruptos.
Nosotros tenemos que responder por otra vía: no queremos corruptos pero tampoco exclusión.
Tendremos que generar un proyecto político que defienda los intereses de la mayoría y -s la vez- tenga sus propios anticuerpos para expulsar a los corruptos. Pero mientras tanto, en la discusión cotidiana no podemos discutir entre aves y dinosaurios, mezclando especies, permitiendo que los que ni siquiera son honestos, se planteen como tales.
El ex cómico, hoy esperpento, Alfredo Casero puede seguir diciendo que quiere flan. Que lo diga, intentando confundir a la gilada, pero nosotros tenemos la obligación de no caer en la tentación de discutir con sus falsos términos. Son dos debates distintos, no permitamos que los mezclen en beneficio propio.
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