El jueves 30 de junio dos trenes chocaron en cercanías de Rawson, partido de Chacabuco. Uno de ellos era carguero, el otro de pasajeros. Pocos días después Ferrobaires suspendió todos los trenes de pasajeros en el territorio provincial. Según informaron luego la causa fue la no posesión de equipos de comunicación y el error fue definido como "humano".
Al parecer la gobernadora Vidal se estremeció de temor, imaginando un nuevo "Accidente de Once", no queriendo cargar con esa mochila es que definió la prohibición de los trenes.
Mi pueblo tiene casi 12.000 habitantes y a partir de la decisión de la Gobernadora, ya no tiene trenes. Un pasaje Laprida-Constitución salía $ 140 en turista y $ 200 en primera. En el servicio de micros la misma distancia cuesta $ 600. Es decir, con el valor de 1 pasaje en micro se realizan 4 trayectos en turista o 3 en primera.
Nadie desdeña la imperiosa necesidad de que los trenes sean seguros, eso está fuera de discusión. Tampoco nadie discute que poco se hizo por esos trenes bonaerenses en los 8 años de gobierno de Scioli, donde la calidad del servicio era desastrosa. Pero los trenes corrían, y los pequeños comerciantes viajaban a Capital a comprar, los estudiantes se acercaban a sus facultades y mucha gente viajaba a centros médicos porteños o de La Plata.
Dos puntos me parecen sugestivos:
1. la Gobernadora alega el tema de la seguridad como motivo de la suspensión del servicio. Ahora los pasajeros que hacían por tren Laprida-Constitución (además de pagar triple o cuádruple) deberán hacerlo por via terrestre transitando la Ruta 3. Esa ruta tiene constantes accidentes de tránsito con víctimas fatales. Es decir, por seguridad de los pasajeros la Gobernadora prohíbe el tren y hace que viajen por ruta, principal causa de muerte.
2. la suspensión del servicio de trenes no habilita ningún medio medio alternativo a similar costo: en el caso de Laprida podría ser un omnibus a la vecina ciudad de Gral. La Madrid o a la ciudad de Olavarría, o incluso un trencito de un sólo vagón que haga el trayecto Pringles-Olavarría, por ejemplo. Es decir, la causa mencionada es la seguridad (no mencionan el tema dinero) pero no plantean un medio alternativo que pueda ser subsidiado por la Provincia.
Parece que la Gobernadora, que en 7 meses no ha generado ninguna política pública en ningún tema de gestión, ha decidido cuidarse políticamente. Sabe que los trenes pueden traer desgracias y también sabe que aunque las rutas sean más peligrosas que las vías, por los accidentes automovilísticos no tendrá que rendir cuentas, por los de trenes si.
Recemos los bonaerenses porque no haya ningún caso de mala praxis en un hospital público, porque corremos el riesgo de que Vidal cierre el sistema de salud. Esperemos que no haya ningún problema durante el ciclo lectivo, porque -de actuar con la misma lógica que en lo ferroviario- estaríamos en peligro de que decida cerrar las escuelas.
Cuando el marketing gobierna los riesgos se achican para la gobernadora, y se multiplican para los gobernados.
Recemos los bonaerenses porque no haya ningún caso de mala praxis en un hospital público, porque corremos el riesgo de que Vidal cierre el sistema de salud. Esperemos que no haya ningún problema durante el ciclo lectivo, porque -de actuar con la misma lógica que en lo ferroviario- estaríamos en peligro de que decida cerrar las escuelas.
Cuando el marketing gobierna los riesgos se achican para la gobernadora, y se multiplican para los gobernados.
Puesto así la Gobernadora está en pelea con el Gobierno Nacional para que concrete el paso de los trenes provinciales a la Nación. Parece que Nación tampoco tiene una política ferroviaria definida, con lo cual habremos perdido todos. Menos Vidal, que cuida su salud política, aunque los bonaerenses viajen por la ruta 3 arriesgando sus vidas.
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