Una noche en Buenos Aires vi una chica que me pareció de clase media, tal vez clase media baja. La piba se asomó a una pila de basura y empezó a juntar cartones. Me desorientó, porque su vestimenta no delataba que pudiera estar cartoneando. Recuerdo sus zapatillas, unas Adidas azules con tres tiras blancas, no de las más costosas, pero buenas zapatillas. Otra noche en Mar del Plata me ocurrió algo similar con un pibe, de unos veintipico de años. Hurgaba en los residuos con vestimenta que no delataba pobreza. Recordé entonces lo que había observado unos quince días atrás en la Capital. Pero unas pocas horas después vi a un señor mayor, rondaba los 70 años, vestía camisa a cuadros y pantalón de tela gris. Un jubilado cualquiera que se hincó a juntar cartones en una esquina. Pensé que había encontrado algo interesante pero no estaba cirujeando, así que lo miré un rato más. Cuando terminó en esa esquina, caminó unos treinta metros alejándose de mi y volvió a interesarse en otra pil...
Notas de política, sociedad y cultura.